Info sobre lo que significa y las causas de la zurdera en este artículo de la Wiki.
Mi primera experiencia traumática respecto del tema se dio cuando iba a la primaria. Creo que en cuarto o quinto grado se le ocurrió a la maestra que había que aprender a escribir con lapicera a fuente (pluma). Para mí era prácticamente imposible, no solo porque a veces hasta rompía el papel (con la punta de metal que está preparada para apoyar y desplazar), sino porque me vivía manchando las manos y el guardapolvo con tinta. Aún hoy me pasa con las lapiceras comunes.
El mouse me agarró de grande, así que lo aprendí a usar con la derecha, pero en general soy absolutamente zurdo... hasta para comer.
Cuando hice la primera comunión el cura me tuvo toda una tarde practicando persignarme con la derecha, ya que hasta ese momento lo hacía con la izquierda. Hasta se le ocurrió al cura hacerle una broma a mi viejo: "Cuando firmes para sacerdote vas a tener que aprender a firmar con la derecha" me dice, a lo que mi papá contesto con un espontáneo... "ni en pedo se hace cura".
Cuando hice algo de softball, ningún profesor sabía decirme bien cómo batear siendo zurdo (y eso que no es tan complicado). Encontrar bancos para zurdos en los lugares que usaban bancos individuales era también bastante difícil... me imagino que ahora será diferente. Las cosas cotidianas... abrelatas, tijeras...
Ni hablar de la cultura popular que califica y descalifica todo lo relacionado con la izquierda: siniestra es izquierda en italiano, levantarse con el pie izquierdo, hacer las cosas por izquierda... y muchas frases y pensamientos más.
Y así en todo...
La vida del zurdo es más complicada de lo que parece. Pero como dice el dicho... en el mundo de los diestros, el zurdo es rey (o era ciegos y tuertos?). En fin...
Más allá de los chistes, la realidad es estaría bueno poder mirar el mundo cotidiano desde los ojos de quiénes no usamos las cosas como los demás. Hasta podría ser un buen ejercicio para comprender y hacer empatía con los que se salen de la normalidad estadística.
¡Aguanten los zurdos!