El informe técnico que es parte de los fundamentos del proyecto ayer sancionado sobre la restricción al ingreso de vehículos particulares a la Ciudad de Mendoza, nos dice que el 80% de los ingresantes a la Ciudad lo hace en auto, mientras sólo el restante 20% lo hace en transporte público de pasajeros. También plantea la posibilidad de que los ciudadanos, ante un transporte público que sea atractivo se volcarían masivamente hacia él. Pero, como continúa diciendo el informe más abajo, "el transporte público no compite con los vehículos particulares... porque no es sustentable. No puede evolucionar por estar regulado por antiguos y malos contratos de concesión que no responden a la situación actual" y " opera con una estructura de recorridos desactualizada que no considera la expansión del tejido urbano hacia el Sur, Sudeste y Oeste".
En el Gran Mendoza el uso del auto es particularmente alto. Muchos autos con poco ocupantes, de hecho el nivel de ocupación del auto es del 1,3 ocupantes por vehículo.
Como decíamos ayer, la restricción es una medida que ayuda a desalentar la utilización del auto. De hecho la prohíbe, pero deja al ciudadano obligado a lidiar con un transporte público que no funciona bien (por los recorridos, por la calidad del servicio). La restricción actúa sobre el emergente del problema!!
El uso inadecuado del auto (desde el punto de vista ambiental urbano) está estructurado sistémicamente sobre la falta de alternativas para trasladarse de un lugar a otro del Gran Mendoza (transporte público de pasajeros eficiente) y la falta de descentralización de determinados servicios que nos obligan a "ir al centro" (bancos, servicios gubernamentales, trámites, etc.). Existe también un nivel de modelos mentales que debemos abordar desde la concientización y la educación (cosas que tampoco se hacen).
En fin, podemos sancionar todas las restricciones que queramos (en realidad todas las que los ciudadanos toleremos) y sumar todavía más prohibiciones y achicar aún más nuestra esfera de libertad, pero ninguno de nuestros problemas vamos a poder solucionar (o siquiera encauzar!!) si seguimos probando una y otra vez con las mismas recetas.
Gobernar es inventar nuevas soluciones a viejos problemas. Es poder construir entre todos los ciudadanos esa visión de la Ciudad del futuro hacia donde queremos ir y eso requiere conversar, estudiar y tener una mirada integral de los problemas y las soluciones que ensayemos. Gobernar no es repetir, menos todavía es prohibir.
Gobernar es empezar a construir hoy ese futuro hacia el cual queremos llegar.. pero, qué gobernante entiende esto, no?
* Publicado en el Diario On Line MDZ el día 29 de diciembre de 2011 y en Diario Los Andes el día domingo 8 de enero de 2012